jueves, 10 de mayo de 2012


EL ESTERO DE VIÑA DEL MAR

El plan de la ciudad de Viña del Mar, centro turístico del país a sólo algo más de 100 kilómetros de su capital, Santiago de Chile, forma parte de una con-urbanización junto a Valparaíso, Quilpué, Con-Con, Villa Alemana y Limache, que suman cientos de miles de habitantes. Dividiéndola de oriente a poniente transcurre el llamado estero Marga-Marga, río que durante la mayor parte del año lleva un bajísimo caudal, pero que en los inviernos puede desbordarse.

El Marga-Marga, estero y no río, por lo ya dicho, fue explotado ya por los Incas por su antigua riqueza en oro y después por los españoles, en el valle que los locales nombraban Penco.

Como le sucede a muchos cursos fluviales, el Marga-Marga fue el depositario de las excretas de todos los poblados y ciudades de sus orillas y también de las descargas industriales. Ahora nos puede parecer muy sorprendente, pero en la década de los años 70 del siglo XX, esto sucedía en la proclamada Capital Turística de Chile. Así, sus icónicas playas de la costa marina, de claras arenas, estaban contaminadas por deposiciones y sus peligrosos coliformes fecales. Además era habitual que las aguas del estero tomaran surrealistas coloraciones por las descargas de una importante textil en pleno plan de la ciudad. Y la instalación de surtidores para el agua que se apozaba en su desembocadura, bloqueada por la arena, repartía por el aire y con la ayuda del viento, toda esa carga de coliformes y tinturas por el sector. También de algún modo sobrevivían los mosquitos, que desvelaban a los viñamarinos.

Ahora sin embargo, todas las aguas residuales  de la con-urbanización son canalizadas subterráneamente y tratadas de su contenido biológico, aunque no de su contenido de metales pesados, por ejemplo. Es una gran obra que tiene ya muchos años de éxito, pero persiste el  peligro que tiene la concentración de cadmio, plomo, arsénico, cobre, etc, de las aguas residuales, que llegan hasta la cúspide de la cadena alimenticia marina, que es a su vez consumida por el Hombre. Nuestra costa de Chile central, en estas latitudes, recibe mucha polución de industrias a través de aguas residuales que va a parar a peces y mariscos de consumo humano, como recientemente se alertó, pero que tiene sus antecedentes en décadas atrás por los estudios del Profesor Chang, de la Universidad Federico Santa María, de Valparaíso. Entonces vemos que se repite el esconder la suciedad debajo de la alfombra. Aquí hay una gran tarea ambiental pendiente, irrenunciable.






Pero el mismo estero Marga-Marga está suficientemente limpio para haber recuperado flora y fauna que prospera dentro de los márgenes impuestos por la urbanización. Han regresado aves acuáticas (garza cuca, garza chica, garza grande, guairavo, tagüita, huala, picurio), mamíferos como el coipo, sapos, peces; han vuelto plantas acuáticas. Hoy el estero demuestra un ecosistema renovado, pero frágil. La concesión para la extracción de arenas del cauce del estero, la instalación de actividades comerciales esporádicas que dejan escombros y residuos diversos, deben ponernos en alerta para educar para que nunca más este histórico estero vuelva a ser la letrina de la zona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario