La Evolución del Hombre; visión de hoy


Uno de los misterios que atrae a la humanidad es el origen del Ser Humano. Digamos de la humanidad con cierto nivel de cultura, porque el común de las personas se conforma con explicaciones míticas o con saber que nacimos como especie evolucionando de entre animales similares a nosotros y nada más. Esta similitud resulta simpática o mejor dicho, empática, como cuando en algún zoológico reconocemos  en los monos algunas conductas que nos parecen tan humanas y tenemos confianza en reconocerlas como tales. Pero, ¿No podrá considerarse al revés, es decir, reconocer en nosotros los humanos conductas tan de monos? El zoólogo Desmond Morris hizo historia cuando en el año 67 nos dio a conocer que muchas conductas humanas son como las conductas de los primates, con alguna sofisticación. El beso, las caricias, los abrazos, la sonrisa y la risa, tienen equivalentes en simios. 

Hay repertorios conductuales muy antiguos en los animales, como el cuidado materno. Sabemos que los dinosaurios cuidaban de su prole en sus burdos nidos. Incluso hoy existen  insectos que cuidan a sus larvas, o peces y pulpos que protegen a sus crías hasta que se pueden cuidar por sí mismos. La conducta materna humana, en verdad, tiene reminiscencias muy antiguas.

No es como se dice sin rigor, que el Hombre desciende del mono. No hay tal descenso o ascenso. No hay una línea, progresiva y regular desde un ancestro no humano hasta el Hombre actual. La evolución de la vida no es así. El ambiente en la tierra es cambiante: los continentes derivan, la inclinación del eje terrestre ha variado, como también la duración del día y la noche y del año. La actividad geológica algunos lustros atrás fue muy activa. La tierra ha pasado por intensas glaciaciones y ciclos tropicales. Y la vida se ha adaptado, no sin hacer grandes sacrificios, pues muchísimas especies de plantas y animales invertebrados y vertebrados se han extinguido después de permanecer en la tierra por millones de años hasta que algún cambio del clima o algún acontecimiento fortuito no le permitieron adaptarse para continuar sobreviviendo. Ha habido unas 7 extinciones masivas de la vida en la tierra. Como ya mucha gente sabe, se piensa que los dinosaurios, exitosos animales que perduraron evolucionando durante 165 millones de años, se extinguieron por la caída de un meteorito de 10 kilómetros de diámetro en la península de Yucatán y cuyo cráter en Chicxulub ocasionado por el cataclísmico impacto se descubrió a finales de los años 70.

Desde esa época, los recién aparecidos mamíferos devinieron en lo que hoy son, pero muchas impresionantes bestias también se han extinguido muchísimo tiempo después, como los mamuts, el oso de las cavernas, los tigres dientes de sable, etc.

El gran rompecabezas de la evolución humana se piensa que data de unos 6 a 7  millones de años, representado por dos especies  y de una de hace 5 millones de años, quizás el antecesor de todos los monos actuales, de los primates y de nosotros. Sus restos se han encontrado en el Chad, al sur del Sahara. Como dije, no ha habido una línea recta que vaya desde algún antecesor hasta el Hombre, sino una gran ramificación de especies que evolucionaron aprovechando determinadas condiciones ambientales que fueron presentándose. Surgió la rama de los monos, de todos los actuales y algunos ya extintos. También brotó una rama de pre-humanos, que también divergió en muchas especies más o menos especializadas para uno u otro ambiente con sus beneficios y sus dificultades. Todo esto sucedió en África. Hace 3 y medio millones de años uno de esos caminaba erguido, aún cuando sus manos mantenían características simiescas. Eran el Homo Habilis y otros, que fabricaba rudimentarias herramientas de piedra y quizás otras de madera que no dejaron rastros. Contemporáneamente vivían otras especies parecidas en África. En esos tiempos se vivía una suerte de mundo de  Orcos, Delfos y Hobbits, si pensamos en el mundo creado en la obra “El Señor de los Anillos”. Después,  hace 1 y medio a 2 millones de años surgió el Homo Erectus que fue el primero en salir del  continente africano para extenderse por Eurasia. Mucho después, hace unos 200 mil años el Ser Humano moderno apareció en África y hace 70.000-90.000 años siguió un derrotero similar al del Homo Erectus.  Y hace 74.000 años atrás casi nos extinguimos por una catástrofe volcánica de efectos planetarios. Se calcula que habrían quedado unos mil Individuos, que lograron sobrevivir y poblar todo el planeta hasta nuestros días. 

Hace unos 230.000 años, seguramente descendiente del Homo Erectus, surgió el Hombre de Neanderthal en Europa. Posteriormente, el Hombre moderno llegó a sus territorios y finalmente el Hombre de Neardenthal se extinguió. Hoy se sabe que eran nuestros primos, es decir, otra especie humana, tan inteligente como nosotros, pero más robustos, más fuertes, adaptado a los grandes rigores de las glaciaciones. Incluso se han descubierto hace poco tiempo vestigios de su arte, como collares de conchas pintadas y flautas. Su hueso hioides, en la base de la lengua, y los moldes de sus cráneos, demuestran que podría haber tenido lenguaje hablado como nuestra especie. Y lo que nos puede parecer sorprendente, es que durante algunos miles de años coexistimos  ambas especies (90.000 hasta 28.000 años atrás). Algunos piensan que nosotros, los actuales Hombres de Cromagnon,  eliminamos por competencia al Hombre de Neanderthal, algo así como Caín matando a Abel. Hubo algunas variedades de Homo Sapiens, es decir, de nuestra especie, como el Hombre de Atapuerca (Homo Antecessor, 1 millón de años atrás) en la actual península ibérica y el Hombre de Flores (12.000 años atrás), en Filipinas, pequeño como un legendario  Hobbit.

Aunque podamos concebir tan distinta en apariencia toda la amplia variedad humana, la verdad es que la variabilidad genética no es tan amplia y muchos occidentales tienen genes de Gengis Khan. Los africanos, en la cuna misma de la humanidad, presentan la mayor variedad genética, aunque nos puedan parecer tan iguales.

En resumen, el Hombre moderno evolucionó de antecesores africanos no humanos, que también caminaban erguidos igual que otras ramas del mismo tronco contemporáneas a éstos y sabemos que algunos hacían herramientas. Además es el sobreviviente de una situación de casi extinción y alcanzó a co-existir con otra variedad también humana, inteligente, que hoy pasaría inadvertida por nuestro lado en la calle. Y nos creemos tan especiales, únicos y dueños de todo, siendo sólo sobrevivientes.